Por: Margarita Rosa Espinosa
Luego de participar con éxito en la VIII Cumbre Mundial de Comunicación Política en Lima el pasado mes de diciembre, el Internacionalista y experto en marketing de ciudad Carlos Villota Santacruz visitó Ciudad de México, con el propósito de dictar una conferencia a un grupo de empresarios, sobre el impacto del TLC en el desarrollo regional y la redefinición de políticas públicas frente al turismo, el medio ambiente y la cultura.
En ese contexto recordó que Colombia es poseedor de una riqueza natural y cultural, que deben disfrutar todos y cada uno de sus habitantes, a partir de la identificación de oportunidades de más allá del turismo de sol y playa: el turismo rural.
Conversamos con este profesional colombiano, quién además de sus raíces nariñenses, lideró el proceso comunicacional del Carnaval de Negros y Blancos de San Juan de Pasto y del Festival Internacional: Ipiales Cuna de Grandes Tríos. Encuentro cultural que en el año 2016, saldrá a escena en el mes de octubre.
¿Cómo fomentar la práctica del turismo en sectores vulnerables del sur del país?
Bien. La clave es simple. Un trabajo conjunto entre el sector público y privado alrededor de las personas con capacidades diferentes. Hay que trabajar con los prestadores de servicios turísticos, con el propósito que dispongan de la construcción y equipamientos especiales que satisfagan sus requerimientos, tales como la colocación de rampas, habitaciones equipadas y más facilidades para su transportación. Este grupo poblacional, es fundamental para potencializar el turismo rural. Ellos se constituyen en excelentes anfitriones en la promoción de los atractivos naturales que ofrece el campo nariñense. Una tarea, en la que no puede estar ausente el territorio indígena.
Si le interpreto bien, ¿Usted propone un turismo para todos en Colombia, a partir de la potencialización de turismo rural?
En efecto. El turismo de la segunda década del siglo XXI debe tener tres elementos claves en ejecución y desarrollo: incluyente, solidario y sustentable, basado en la premisa de forjar un turista satisfecho en la vivencia de los servicios. El reto de Colombia -es construir desde la costa y la sierra- una visión humanista y colectiva del turismo. Desde el Jefe del Estado, pasando por el Rector de una Universidad, el empresario y el periodista –desde su propio ámbito- deben comprometerse en promover el crecimiento del turismo rural con una visión de largo alcance, de igualdad de oportunidades a favor del bien común.
¿Qué peligros de entrada, deben superarse, para hacer del turismo rural, un motor de desarrollo para Colombia?
Muy oportuna su pregunta. No es una tarea fácil su puesta en marcha. Se requiere definir bien las reglas de juego de la cadena turística. Si la planificación no se ejecuta en un tiempo preestablecido, con el acompañamiento del sector gubernamental y privado, se puede caer en una guerra de precios. Aparecerá entonces, la oferta ilegal de casas de alquiler vacacional bajo el paraguas del turismo rural.
Si se observa, el turismo en Colombia en cíclico, tiene temporadas buenas y malas. ¿México está en el camino correcto en la promoción del turismo rural?
Se ha hecho mucho, pero puede estar mejor. Un caso de éxito la los recorridos eco-turísticos en México Para fortalecerlo se requiere una mayor profesionalización, acompañado de líneas de investigación, edificación de normas únicas e interpretarlo por parte de sus actores del contexto que lo rodea y darle esencia. Es decir, vender planes turísticos nuevos y diferentes, atendiendo la realidad socioeconómica, medio ambiental y cultural del medio rural.
¿Desde su experiencia asesorando el marketing de ciudad en América Latina en países como Colombia, Argentina y Estados Unidos, la actividad turística es hoy una oportunidad de mejora y de diversificación de las actividades tradicionales, para un país como México con una amplia vocación agrícola?
Ese el punto clave. Con un asesoramiento integral se deben construir programas y proyectos que den vida a destinos que, durante años, han sufrido los estragos del éxodo rural y de la ruptura del tejido social y productivo debido al abandono de las actividades ganaderas y agrícolas. En países como Argentina y México, donde se presta mucha atención al turismo rural, comprendieron que es necesario atender el producto, la forma de ofrecerlo e identificar e investigar los cambios en las pautas del consumo y la forma de evolución de la comunicación y la promoción turística.
Con esta contundente experiencia frente al turismo rural de países cercanos a Colombia, cerramos el diálogo con Carlos Villota Santacruz, quién está convencido que en Colombia existen experiencias innovadoras y creativas que pueden marcar la pauta y ser un elemento diferenciador a la hora de promocionar el turismo rural y al agroturismo. “Hay que vender experiencias auténticas por las que un público determinado local, nacional e internacional, está dispuesto a pagar por obtener una experiencia alrededor del turismo rural”, dice.
Y remata. “Urge que el debate sobre los retos y oportunidades del turismo rural en Colombia evolucione de una vez por todas desde el pesimismo destructivo hacia el optimismo con esperanza, donde las debilidades sean oportunidades y en donde las amenazas que parecen emerger en los cuatro puntos cardinales del país se conviertan en saber hacer. Una experiencia que con el paso del tiempo se convierta en fortaleza”
Villota Santacruz dejó abierta una pregunta ¿Acaso hay algún habitante en México y América Latina que piense que no hay potencial en el medio rural para atraer visitantes?