«La alfabetización es uno de los más grandes inventos de la especie humana», que no sólo es útil sino tan poderoso que transforma nuestras mentes y aún más: «la lectura literalmente cambia el cerebro», precisa la neurocientífica Marianne Wolf.
En momentos en que nuestro país se debate entre el desarrollo y el permanente, obsecuente y obligado subdesarrollo, se nos invita a preguntarnos, cual es la razón por la cual , Colombia un País de tantas riquezas naturales y de gente tan extraordinaria, no ha podido dar el gran salto, el salto exponencial hacia el desarrollo.
Alineados con la naturaleza del ser humano, todos los países a través de los años hemos creado un inconsciente colectivo, una manera de pensar, de sentir, de decir y de hacer, pero esta hipnosis programada socialmente, esta ficción inducida, en nuestra querida Colombia, ha llevado a extremos, en que un buen científico social podría definirnos como una raza de depredadores, pensamos, sentimos, decimos y hacemos, como la más cruel, desalmada e insolidaria de las especies.
Nos comportamos, nos hablamos, nos agredimos, nos matamos y matamos nuestra tierra, matamos a nuestra madre, la que nos da el sustento, de forma despiadada, no sabemos o no queremos saber que todas las razas de depredadores se han extinguido, revisemos el comportamiento de un depredador fascinante. El lobo estepario, es por naturaleza un asesino, pero sabe que en el invierno solo morirá y en manada sobrevivirá, el acto continuo de falta de solidaridad, colaboración, cooperación, de unión, ese poco me importa, esa falta de tener y creer en un objetivo común, nos está llevando a pasos agigantados hacia la extinción, no de otra manera se puede explicar que en el umbral de unas elecciones políticas definitivas, el común denominador sea el mismo que hemos soportado en los últimos 250 años por decir lo menos, no se percibe, no se siente, que nos una la misma causa, no se encuentra por ninguna parte el lev motiv que nos mueva a todos, como uno solo a recapacitar, a caer en cuenta que generación tras generación, el pedazo de tierra , el legado que estamos dejando a nuestros hijos es cada vez peor.
Ha llegado el momento de que un grupo extraño, variopinto y exótico de colombianos, que no queremos ser mas parte de la manda, empecemos la alfabetización hacia un nuevo inconciente colectivo, hacia una nueva no ficción sino realidad creada y creativa, en la que todos nos sentamos orgullosos de ser colombianos, mi querido lector, abandone el rebaño y unase a los que construiremos con educación el nuevo inconciente colectivo, de gente que ame y se deje amar, que ame a su madre que es su patria, a suhermanos , que ame la grandeza para la cual fuimos creados y hagamos de Colombia el Pais grande, que queremos dejar a nuestros hijos.