La decisión de Venezuela de suspender hasta nueva orden el acuerdo para enviarnos gas, la suspensión de la producción de la hidroeléctrica El Quimbo por razones ambientales, además de la sequía ocasionada por el fenómeno del niño, colocan a Colombia ad portas de un racionamiento (ver Corte falla en contra de operación de la Hidroeléctrica El Quimbo).

Se han escuchado distintas voces desde la costa atlántica, que sería una de las regiones más afectadas con el tema del gas, debido a que incluso la industria en el Departamento de Bolívar no tiene asegurados los contratos de suministro de gas para operar.

El Gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, el senador Efraín Cepeda y el Dirigente Gremial Alberto Vives se declararon muy preocupados con la situación.

Desde Bogotá y el centro del país coinciden en varias acciones. Consideran que el gobierno a través de la Canciller Holguín debe llevar el tema para buscar una eventual solución.

Al parecer Maduro se ha pasado por la faja el convenio que obliga a Venezuela a bombearnos más de 38 millones de metros cúbicos, luego que nuestro país les suministrara gas durante ocho años.

En un comunicado PDVSA anunció a Ecopetrol que por fuerza mayor contemplada en el convenio no podía comenzar con el envió del combustible. Aducen que a ellos también los afecta El Niño y que sus embalses no están llenos para darles seguridad energética. Y es que esa no sería la única razón debido a que además se habla de problemas de infraestructura.

Otras voces dicen que se revise bien el contrato sobre lo que significa fuerza mayor, ya que los efectos de El Niño lo sufren los dos países: sequía y baja en la producción hidroeléctrica.

Entretanto, la decisión de mantener inactiva la hidroeléctrica del Quimbo que ayudaría a producir el 5 por ciento de la energía que necesitamos se mantiene; ni siquiera el pedido del Presidente Santos de levantar fue escuchado, la empresa que construyó la represa no cumplió con el retiro de la biomasa y la contaminación también va a ser catastrófica en la zona de influencia. En fin como muchas cosas que aquí pasan.

El fenómeno de El Niño se mantiene al menos hasta marzo; no habrá lluvias según los pronósticos porque podría ser peor y extenderse hasta mayo o junio.

Al Gobierno le toco imponer sanciones a quienes derrochen agua y energía.

Aún falta mucha conciencia en la ciudadanía sobre ahorrar pero habrá que esperar a ver si se cumplen las expectativas.

El problema es que si hay apagón, el impacto sobre la economía va a ser muy fuerte, de hecho la baja en los precios del petróleo ha ocasionado un déficit inmenso en las finanzas del Estado que el Gobierno busca como compensar.  Si se implantan racionamientos los clavados no solo serán los grandes empresarios.

Así pues con este panorama empezamos el año 2016.

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