El informe más reciente de la seguridad alimentaria en América Latina y el Caribe de la FAO señaló que, pese a que alimentarse sanamente es más barato en Colombia, uno de cada cuatro ciudadanos no se lo puede costear

Según el más reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), aproximadamente uno de cada cuatro colombianos no pudo costearse una dieta saludable, pese a que el precio de las porciones es relativamente bajo con respecto al resto de la región de América Latina y el Caribe.

La entidad publicó la versión 2022 del Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional para la región. Allí, determinó que Venezuela es el país con más personas subalimentadas, con un 22,9% de prevalencia, seguido de Ecuador y Bolivia. En Colombia, este porcentaje es del 8,2%: es decir, hay 4,2 millones de personas en esta condición nutricional. Hubo un aumento de dos puntos porcentuales con respecto al informe anterior: 1,1 millones de personas más.

También llamó la atención que Colombia es uno de los países de la región con el costo más bajo de una dieta saludable. Mientras que el promedio en el mundo es de $3,64 dólares por persona al día y en Sudamérica es de $3,61 dólares, en el país cuesta $3,07 dólares alimentar apropiadamente a una persona todos los días. En la región, este valor solo es más bajo en Ecuador, con $2,93 dólares.

A esto se le suma, además, la mala nutrición, que no solo muestra los menores afectados por la falta de alimento, sino también los que tiene problemas de aumento de peso u obesidad y que ha venido mostrando un aumento significativo desde 2010, pues en ese año se reportaban que entre los 5 a 12 años, del total de la población 18,8% padecían dicha condición y cinco años después en el mismo grupo población se reportaba 24,4% de estos menores en condiciones de sobrepeso, según los datos de la Encuesta Nacional de Situación Nutricional (ENSIN).

De acuerdo con los hallazgos del INS, esto se debe a dos problemas fundamentales, el primero está relacionado con la pandemia generada por el covid-19, entre comienzos del 2020 y mitad de 2022, que agudizo problemáticas relacionadas no solo a la alimentación infantil, sino el crecimiento de la desigualdad y la pobreza; en segundo lugar, por la deficiencia en la atención de esta problemática de los gobiernos, que no aumentaron la cantidad de insumos, sino que focalizaron los presupuestos en la importación de productos con costos muy altos y que no permitieron el aumento de cobertura.

A lo anterior se le suma lo que señala la Unicef, y es que en esto convergen ciertos factores más individuales como la ingesta insuficiente de alimentos, la falta de una atención adecuada, la aparición de enfermedades infecciosas y causas indirectas como la desigualdad y la escasa educación de las madres sobre cómo alimentar a sus hijos.

A pesar del bajo precio, el 26,49% de los colombianos no pudo acceder a una dieta saludable en el periodo estudiado: eso es un total de 13,5 millones de personas. El promedio de los países sudamericanos —en los cuales, cabe recordar, la dieta es más cara que en Colombia— fue de 18,4%. De todas maneras, este porcentaje está lejos del promedio mundial: 42,03%.

Uno de los factores que dificultó el acceso a productos alimenticios en la región fue la invasión de Rusia Ucrania, dada la dificultad para producir y comercializar productos como trigo, maíz y aceite de girasol, así como el aumento de sus precios y la escasez de fertilizantes. América Latina y el Caribe importa cerca del 85% de los fertilizantes y Rusia es uno de sus principales proveedores.

La nutrición insuficiente acarrea diversos problemas para la salud, por ejemplo, el retraso en las metas de crecimiento de niños y niñas. En el caso de Colombia, este problema registró una prevalencia del 11,5 %. También hay un registro de menores con sobrepeso: constituyen un 5,8%, mientras que entre los adultos asciende al 22,3%. Con respecto a las mujeres en edad fértil con anemia, se registró una prevalencia del 21,2%.

De todas maneras, en el informe se destacó la iniciativa del Plan de Mejoramiento Alimentario y Nutricional de Antioquia (Plan Maná), diseñado para contribuir a mejorar el estado nutricional y el acceso a alimentos seguros y nutritivos para la población de ese departamento, especialmente entre los niños de cero a cinco años.

La FAO dice que el plan Maná “cumplió su objetivo de aumentar el consumo de alimentos cultivados en huertos familiares y promover empresas sostenibles de agricultura familiar”. Mientras que antes del proyecto las raciones de frutas y verduras en los hogares eran de 122,9 gramos, el consumo aumentó 77,8 gramos, casi una ración completa. “Este notable crecimiento en el consumo de alimentos nutritivos puede atribuirse sin duda a la disponibilidad de alimentos cultivados y disponibles en el hogar, concretamente frijoles, arroz y verduras”, señalaron.