Por Lola Portela
Compatriotas, aún no gana nadie, falta la segunda vuelta. Dejemos el triunfalismo.
Estas 2 semanas son de conquista. Sí de coqueteos, pololeos, hasta llegar al noviazgo, ¡oh perdón!, a la conquista: de votos.
Cuidado entonces, recuerden uno más uno, son dos. No es momento de bromas pesadas o insultos a los «perdedores». Esos voticos, unos verdes, otros rojos, hasta los incoloros, todos suman, y se necesitan.
Y es que con certeza muchos quedaron aburridos y hasta sin piso, político algunos. Y hoy se preguntan ¿por quién votar?. Tocó por Equis o tocó por Ye, dicen por ahí. Cada quien de acuerdo a sus tendencias. Aquí ya no hay intermedios. Es Petro o es Duque.
Lo importante es tener claro que debemos leer y releer propuestas. Y recordar que todos tenemos un nombre, una identidad y aunque pertenezcamos incluso a una familia o a un gremio, cada quien es responsable de lo suyo y de sus actos.
Por ésto, es válido entender que Duque es Duque, no es Uribe, aunque muchos lo siguen por éste respaldo, él señor Duque ha logrado convencer: con sus propuestas, demostrando que es un profesional preparado y su juventud es una fortaleza, además llega por su gran carisma. También representa el hombre de hogar, con principios que nuestro país valora. Y su programa político gusta a muchos.
Además alguien muy cercano me decía: «Duque es el primer candidato a la presidencia en la historia de Colombia que no ha infringido la ley, porque la verdad, ni siquiera Simón Bolívar. Cada quien, incluso Uribe, debe asumir sus errores. Y si tiene que pagar, por sus delitos, así debe ser».
Las leyes no permiten reemplazos: condenan al condenable, al culpable. No a sus amigos.
Y esa misma persona me hacía ver la guerra sucia en esta monumental carrera de noticias falsas en las redes, «no falta el ignorante que dice y además publica que Duque quiere bajar el SMLV» . Haber aclaremos NO es cierto, caballeros y damas eso es tan falso, como inconstitucional y esos personajes mentirosos, merecen ser sancionados por el delito de injuria.
Y es que hoy en día cualquiera pretende desinformar, llevar sus odios y/o fantasmas del presente o pasado a la pluma y las convierten en letras y frases que destruyen el país. De esta manera, muchos se creen con derechos de hacer Periodismo de Opinión. Cuando en realidad éste es el nivel más importante de un verdadero Comunicador. Y se hace, con argumentos. Es decir, luego de investigar, confrontar fuentes, y contextualizar lo que se dice.
Nuestra amada patria en realidad no es de izquierda, así lo demuestraron ese 23.7%, representado en 4.589.696 votos de ciudadanos que democráticamente le dijeron a Colombia: «queremos un país mejor», al votar por Fajardo. A él lo ven «central», «neutral»; «dice lo que muchos en educación esperan».
Los votos de Petro representan, los ideólogos, pensadores o seguidores de esa izquierda que, por años estuvo dividida en Colombia, y que hoy, se unen, con todas sus fuerzas, estrategias y apoyos internacionales para buscar el poder, en un país al que le tienen muchas ganas. Colombia es la puerta de Suramérica, y el sueño bolivariano sigue vivo, en ellos. Por eso en su discurso de plaza Petro lo vende, con las nobles ideas de Gaitán y Galán. Y lo peor, el pueblo les cree.
Sin embargo, no olvidemos también que parte de los votos Petristas corresponden también a los desmovilizados que salieron del monte y muchos de ellos poco o nada de revolucionarios tenían. En cambio si eran narcotraficantes, violadores, secuestradores, extorsionistas o asesinos, allí había de todo, incluso víctimas, porque no por gusto todos fueron y estuvieron en esa guerra. Esta vez, la mayoría de ellos, por primera vez, tuvieron la oportunidad de salir a «disparar», no balas, sino sus ideas, consolidadas ahora en su voto. ¡Esa es la democracia!
Ustedes deciden qué país desean. Todos ponen, y todos ganamos o perdemos. Yo me la juego por la derecha, por convicción. No por miedos. Sino por ser radical: amo los princios, vivo con valores cristianos. Y el desparpajo moral que promueve y permite la izquierda, además de otras razones, no es lo mío. Aunque sí tengo grandes amigos, que respeto, con ideología de izquierda.
Creo entonces que es el momento de decidir bien. Los abrazos e insultos son después del 17 de junio