Por Carlos Villota Santacruz

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Desde uno de los lugares más emblemáticos de Bogotá, la Plaza de Bolívar, el candidato presidencial Sergio Fajardo expuso uno a uno la base programática de su propuesta, acompañado por los senadores Claudia López (Alianza Verde) y Jorge Robledo (Polo Democrático), bajo una calurosa mañana, que en “escena” se asemejo a una de sus clases, ante hombres y mujeres sentados en el piso, de pie –atentos- y con el fondo de la bandera nacional.

Para el ex Gobernador de Antioquia y ex Alcalde de Medellín, los colombianos se cansaron del “clientelismo, la corrupción y la cultura de la ilegalidad. Estos tres fenómenos de orden social ha impedido que los ciudadanos en los cuatro puntos cardinales del país hayan podido salir de la pobreza, tener un empleo digno y demostrar su liderazgo en regiones como la costa atlántica, la costa pacífica o los llanos orientales.

Sin decir nombres, pero con estadísticas en mano, Fajardo –vestido con camisa blanca y bluyín- recordó que varias generaciones de colombianos no alcanzaron la posibilidad de llegar a la Universidad y terminar una carrera profesional, gracias a que solo unos pocos históricamente lograron acceso a la educación.

El candidato presidencial de Coalición Colombia hizo un análisis del papel que han jugado en las últimas décadas los partidos políticos, que se alejaron del sentir de los ciudadanos. Su anhelos y esperanzas. “La esperanza se escribe con la E de Educación. La vida digna empieza con el derecho fundamental a la salud”, comentó

Su tesis fue apoyada por el senador Jorge Robledo –senador del Polo Democràtico- quién manifestó que “los ciudadanos de su generación nos criamos en el miedo y el odio a los del partido que no era el de nuestros padres, y eso que ya los jefes del liberalismo y el conservatismo habían dado la orden de parar la matanza que azuzaron y que dejó unos doscientos mil asesinados entre los campesinos y las gentes sencillas de los dos partidos, en tanto las diferencias entre sus jefes políticos y los beneficiarios de sus medidas nunca fueron más que pleitos por el botín burocrático y la imposición de prácticas que enriquecían a unos y a otros pero que no desarrollaban al país. Por ello fue que el Frente Nacional en nada modificó el orden económico y social, incluido aplicar todo lo que dictaminaran en Washington, pero sí impuso como orden legal la dictadura política bipartidista y el reparto al cincuenta por ciento de la marrana burocrática y contractual”.

En una intervención, que parecía una clase en una institución de educación superior Robledo puntualizó que  “ese miedo que producía escalofrío, aceitado con la corrupción clientelista y el poder de un Estado repartido como botín, más la hábil utilización del disparate de un alzamiento armado que nunca tuvo ninguna justificación verdadera, les permitió a los mismos controlar la política durante varias décadas. Y cuando les empezó a fallar el truco, pero también como un engaño a los colombianos, les sacaron crías políticas al liberalismo y el conservatismo, auténticos clones en todo lo fundamental, que mantienen a Colombia presa de un modelo de país que en muchos aspectos tiene más premoderno que de moderno”

También la senadora Claudia Lòpez (Alianza Verde) señaló que  “todo lo que soñamos se puede hacer realidad. En el campo, la ciudad, el arte, la cultura, la ciencia o el emprendimiento hay gente extraordinaria, pero necesitamos acción y liderazgo colectivo. Es sumando e integrando como vamos a transformar a Colombia”.

El acto en la Plaza de Bolívar se cerró con un aplauso cerrado de los ciudadanos presentes en este sitio turístico de Bogotá, que se sintieron parte del cambio y protagonistas del futuro del país, a partir de una propuesta coherente y viable, que va más allá de un momento coyuntural del país.