En la lista de países en los que el hombre habría delinquido están Alemania, Gran Bretaña, Irlanda, Bélgica, España, Luxemburgo, Italia, Israel, Rumania, Lituania y Estonia.
Se encontraba en compañía de su esposa, una ciudadana venezolana. Hasta allí llegó un cuerpo élite de inteligencia de la Policía que, para lograrlo, se vio en la necesidad de utilizar “aeronaves no tripuladas especializadas en la identificación y control de personas”.
En horas recientes, autoridades nacionales e internacionales reportaron la captura de Michael Fraysse, un ciudadano rumano de 44 años de edad acusado de estafar a más de 500 europeos. Según se destaca en el expediente del caso, habría logrado engañar a personas en 11 países diferentes, lo que lo hizo acreedor de unos 35 millones de euros. Fue detenido en el municipio antioqueño de Rionegro sindicado de ser el jefe de una organización criminal internacional dedicada al blanqueo de capitales. Es de rescatar que el operativo para dar con el paradero del hombre se hizo en colaboración de autoridades francesas y colombianas.
La operación se denominó ‘Irineo de Lyon’, y tuvo la colaboración de jueces franceses, la Fiscalía de Colombia y un grupo especializado de Inteligencia de la Policía Nacional. A su nombre la Interpol había emitido una circular roja, por lo que las autoridades de 194 países estaban al aprendiente de identificarlo y detenerlo. Fraysse, dice la investigación en su contra, era uno de los delincuentes más buscados en Europa. En ese país, dicen las autoridades, lo “vinculan con una organización internacional multicrimen desde el año 2010, en la que sería el autor intelectual en la apropiación ilegal de dinero mediante organizaciones criminales con incidencia en 11 países”.
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