Por ventas masivas en la primera sesión del año, la compraventa de títulos en el gigante asiático quedó suspendida,tras registrar caídas que superan el 7%. 

Este retroceso puede responder a dos temas, primero la finalización del periodo de no venta de grandes accionistas, y segundo la liberalización de las nuevas salidas a la bolsa, que incrementa la oferta y por lo tanto, disminuye el precio de las acciones.

Así mismo, los datos poco optimistas sobre la actividad de manufactura del país y la devaluación del yuan a sus mínimos en 4 años determinó el comportamiento de la bolsa.

En China se tiene previsto un mecanismo para lidiar con dicha situación, suspensión temporal de las transacciones. No obstante, la medida parece haber sido más contraproducente, debido a que una vez reanudada la sesión, en tan sólo 7 minutos el índice de la bolsa descendió 2%, lo cual conllevó la suspensión definitiva de esta.

Este hecho histórico enmarca una preocupación global por la economía china, debido a la posibilidad de mayores caídas en el futuro. Y es que el miércoles los grandes accionistas (que poseen más de 5% de acciones de una compañía) pueden iniciar sus ventas, y son aproximadamente 34 empresas las involucradas.

Así mismo, iniciaría a regir el cambio de la normativa de la Oferta Pública de Valores, lo que implica la entrada de más compañías a la bolsa.

La caída de los precios está en la mentalidad de los accionistas, y como se ve continuamente en la bolsa, los inversionistas hacen que estas predicciones se cumplan con su comportamiento, al estilo del efecto pigmalion.