l jefe de Estado dijo que la harina de trigo, la harina de soya y la harina de maíz que configuran la Bienestarina no se producen en Colombia: “Mezclar esas harinas no las hace colombianas. Al ser importadas triplicaron su valor en el último año”.
En este sentido, explicó que lo que hay que hacer es dejar de importar los productos que componen la Bienestarina y producirlos en el país.
“Nadie va a prohibir la Bienestarina, solo que se debe producir con alimentos colombianos. Porque aumenta la riqueza nacional y se logra soberanía alimentaria: el camino más eficaz para acabar la desnutrición”, concluyó el mandatario
Producción de bienestarina estaría asegurada hasta 2027
Aunque el presidente Gustavo Petro había pedido esta semana al ICBF no comprar más Bienestarina, se conoció este miércoles un contrato de la entidad en el que la producción del alimento está asegurada hasta 2027 por más de un billón de pesos.
La Bienestarina, que es una mezcla de cereales, leche entera en polvo, vitaminas y otros ingredientes, se le suministra a 2,2 millones de niños en el país y a través del Conpes 4049 de 2021 se comprometen $1,18 billones para la producción y distribución durante los próximos cinco años.
El alimento, que se produce Sabanagrande, Atlántico y en Cartago, Valle del Cauca, desde 2008 a marzo de 2022, ha sido entregado en 370 mil toneladas.
Petro ha advertido al respecto en sus redes sociales que “el programa de nutrición de la primera infancia para que sea eficaz debe pasar del concepto, muy neoliberal, de seguridad alimentaria, que se basa en importación de alimentos y grandes contratistas, a la soberanía alimentaria del territorio donde vive la niñez”.
“Bienestarina no puede ser el único alimento para solucionar la malnutrición”
Tras el polémico anuncio, la lideresa wayuu Matilde López se mostró en contra de que la bienesterina deje de llegar a los hogares de las familias más necesitadas; sin embargo, consideró que el Gobierno debe aprovechar más las tierras del departamento y sembrar alimentos que beneficien a un mayor número de comunidades.
“Hemos venido luchando por nuestra soberanía alimentaria, nosotros tenemos tierras donde poder sembrar para producir nuestros propios alimentos, y aunque no estamos de acuerdo en que la bienestarina sea sacada de la oferta nutricional del ICBF para nuestros hijos y hermanos, creemos que este alimento no puede ser lo único con lo que el Gobierno trate de solucionar los graves problemas de malnutrición que se presentan en La Guajira”, aseguró la lideresa.
“No podemos estar atenidos a que toda la vida nos estén dando bienestarina, sin tener en cuenta los demás componentes que deben integrar y balancear la alimentación que sea generosa para nosotros y nuestros hijos, lo que nos falta es la infraestructura para poder trabajar la tierra, comer y hasta vender nuestros excedentes”, agregó. Por su parte, Lina Arbeláez, ex directora del ICBF, le explicó al presidente Petro que la bienestarina es un complemento nutricional y no un sustituto de las raciones alimentarias.
“Yo no sé si el presidente está insinuando es que dejemos de consumir ciertos productos porque tienen ingredientes que se importan”, explicó en diálogo con Caracol Radio.
La polémica
El jefe de Estado anunció este martes que el siguiente paso de la lucha contra el hambre será la puesta en marcha de un nuevo plan, a largo plazo, mediante la compra de cosechas a los campesinos y la creación de una red de distribución de alimentos a bajo precio.
Por ello, el mandatario manifestó que se está cometiendo un “grave error” por porte del ICBF al entregar bienestarina a los niños.
“Cuando el ICBF entrega bienestarina está cometiendo un grave error, porque la bienestarina es productos importados al por mayor y la reparten a los niños, eso donde no se la roban”, afirmó el Jefe de Estado.
Asimismo, reiteró que es necesario que el territorio produzca la comida suficiente para a alimentar a los niños que se encuentran en riesgo.
“Para que lograr que los niños estén nutridos lo que se tiene que lograr es que el territorio produzca la comida suficiente y no importarla y la bienestarina debe costarnos un ojo de la cara cuando el territorio debería dar esa alimentación”, manifestó el mandatario.
“El Estado debe aprender a comprar cosechas, y a llevarlas a donde la población tiene hambre. Si se compran cosechas, estamos ayudando a aumentar la producción y la sostenibilidad alimentaria del país”, añadió.
Al respecto, agregó que no solamente se trata de comprarles a los campesinos sus cosechas, sino también todos los alimentos que recolectan, incluida la pesca.
En relación con la distribución de estos productos, planteó la creación de asociaciones de tenderos o de establecimientos estatales, que permitan vender a precios más bajos que los centros de comercio tradicionales.
El mandatario explicó que el programa de Ollas Comunitarias se propone atender una situación de emergencia ocasionada por las fuertes lluvias, como consecuencia del cambio climático, pero indicó que la solución de fondo es garantizar a la población vulnerable un sistema permanente de abastecimiento de alimentos, impulsado por el Estado.
“Las medidas de urgencia no nos soluciona el problema. Nos sirve para paliar los días que estamos viviendo, sobrepasarlos, pero hay que establecer las medidas de más largo plazo, que nos permitan vivir bien, a pesar de que los inviernos empeoren”, dijo.
En ese sentido, el Jefe de Estado destacó la necesidad de implementar un sistema paralelo de abastecimiento alimentario en Colombia, más allá de la atención humanitaria que brinda el programa de Ollas Comunitarias e, incluso, del comercio tradicional de alimentos, al que un amplio sector de la población no tiene acceso.
De acuerdo con el Presidente Petro, este proyecto “lo tiene que empezar a implementar la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), porque es precisamente para defendernos de la crisis climática” y que “va más allá de la Olla Comunitaria”.