Por : David Name
Lo que le pasa a nuestra querida Barranquilla para que le ocurra que del eterno cuarto puesto brincara al segundo: que esta ciudad es la panacea del folclor, que hasta el final del carnaval lo celebramos con un muerto: “joselito”. Somos irreverentes hasta en eso. No soy mojigato y cuando me fue propicio por la época y por la edad, gocé de sábado a lunes pero entraba en silencio desde el martes esperando el miércoles de la Santa Cruz, pero hoy por hoy debemos enmendar la indisciplina que nos es característica.
Cómo es posible que en medio de lo que estamos viendo y viviendo con un virus de ojos oblicuos que está arrasando al mundo entero; que se metió hasta en la Casa Blanca, penetrable solo en las películas, y que no le ha dado al presidente gringo porque éste es más malo que el virus, y nosotros aquí jugando a la Marisola, creyendo que podíamos aguantar la arremetida de esta bestia negra que no da respiro y que quita hasta la posibilidad a que lo acompañen a uno hasta la tumba; que no permite que uno pague en el purgatorio a fuego lento sus errores por la cremación; es la orden del día no!!! Señor alcalde usted necesita que tengamos un Viceministro de Salud que sea de aquí, que le duela el estómago cuando vea que ganamos la presea del segundo puesto en pandemia; que sepa a qué sabe el guandú. El doctor Moscoso no es de por aquí, por eso no llegan los respiradores; no me opongo que vayan en bombas de fuego a Cartagena pero vengan a auxiliar a nuestro alcalde que se está combatiendo solo sin un hospital de verdad porque los que hay son de juguete; que vengan a ayudarnos con urgencia, no queremos el segundo puesto, queremos el cuarto donde hemos estado siempre resignados; y otra cosa alcalde, militarice a Barranquilla con Policía Militar y con grumetes de la Armada que todo el mundo respeta; si quiere hágalo por sectores pero hágalo, porque a la Policía la están irrespetando. Y finalmente alcalde, orgullo con hambre no se vale, llame al Presidente y pídale con la frente en alto, dígale que somos patria, que por aquí entró Colombia, que nos ayuden y no diremos más la palabra cachaco.
HL