Después que el último venezolano depositó su voto por un candidato a ocupar una curul de la Asamblea Nacional, emergió un punto de inflexión. Una nueva etapa en su historia electoral, que le dijo no a la Revolución Bolivariana de Hugo Chávez, un no al Gobierno del presidente Nicolás Maduro, que no cuenta con el apoyo popular.
Es en esencia es la más dura derrota del “Chavismo” en 16 años. Pero también una oportunidad para la oposición encabeza de Enrique Capriles y María Corina Machado para definir un camino de edificar un diálogo que le permita al país, salir del “oscuro túnel” el que se encuentra que se traduce en una alta polarización, desabastecimiento económico y crisis en el orden internacional, que tiene a esta nación suramericana en una especie de “aislamiento”, con consecuencias devastadoras para la población.
De entrada, el significado del resultado electoral, abre la puerta a la oposición a controlar la Asamblea Nacional que obligará al Gobierno de Maduro a construir una estrategia –antes del 5 de enero- que le permita asimilar una derrotada que tiene una repercusión interna y externas que se sentirá con el paso del tiempo.
Lo evidente, es que los venezolanos y venezolanas reclaman un cambio. Un cambio de rumbo de país. Muchos de ellos viajaron desde estados Unidos, Colombia, Ecuador, España y Argentina para ejercer el derecho al voto. Por un voto reflexivo. Un hecho sin antecedentes, que dejó en evidencia que el país está en la mira de la comunidad internacional, que ha hecho un llamado al fortalecimiento de la democracia, bajo el respeto de la libertad de prensa.
Si bien, el presidente Nicolás Maduro amenazó en un principio en no reconocer el resultado de las elecciones. Sus palabras al aceptar la victoria de la oposición, sumado a la cobertura de los medios de comunicación extranjeros, permite mirar un mañana mejor en una nación –una de las más violentas del mundo- que está a llamada a reinvetarse, a trabajar en equipo, con el concurso del sector público, el sector privado, la academia y el sector empresarial.
“No será propiamente un camino de rosas”. Pero si queda para la historia que las elecciones contó con una alta participación. Que fue una elección parlamentaria, casi presidencial, por lo que estaba en juego para la oposición, que ahora deberá administrar el triunfo. No se ha ganado nada aún, pero si se dio un paso en democracia para que Venezuela retome su rumbo, salvando de paso una o dos generaciones que reclaman un cambio de manera inmediata.
Por su parte, esta tarde, el Presidente Maduro se pronunció al respecto de la solicitud de Lilian Tintori de dar un gesto navideño e indultar a los presos políticos. Maduro afirmó que hará respetar la constitución, porque para él, los detenidos son responsables de delitos de desorden que conllevaron la muerte de ciudadanos en las protestas realizadas. Sostiene que no sancionará ninguna ley al respecto.
De esta manera inicia la pugna entre el poder ejecutivo y legislativo hoy en manos de la oposición.